El proceso inverso, o sea cuando se reitera la inyección de corriente al suelo, genera una curva de crecimiento de V de forma similar a la de decaimiento, pero invertida. Las características de uno y otro proceso dependen del instrumental (cantidad de corriente, dispositivo electródico) y del comportamiento geológico de subsuelo, lo que permite efectuar interpretaciones sobre su constitución, especialmente en la detección de yacimientos metalíferos diseminados del tipo cobre porfírico, magnetita, pirrotina y sulfuros. En hidrogeología su utilidad se restringe a la exploración geotérmica, debido a que el exceso de temperatura genera un agitamiento en la movilidad iónica, que se traduce en cambios notorios de la resistividad, los que pueden detectarse mediante la PI.